Las mamás tienen una habilidad extraordinaria. Lo hacen todo con el corazón puesto en cada detalle. Son motor, dirección, combustible y muchas veces freno de emergencia. En Grupo Gelsa lo hemos visto de cerca. Nuestras colaboradoras, muchas de ellas madres, son una inspiración constante con su forma de liderar, cuidar y resolver.

Por eso, en este mes de mayo no solo queremos homenajearlas. Queremos contar cómo estamos haciendo equipo con ellas, reconociendo que detrás de cada turno cumplido, cada meta alcanzada o cada cliente satisfecho hay también un esfuerzo que merece ser valorado.

Hoy, más del 80% de nuestros 14 mil colaboradores está conformado por mujeres. Muchas de ellas son madres cabeza de hogar, líderes de sus familias y ejemplo de resiliencia. Por eso, más que políticas, construimos apoyo real. Impulsamos programas de formación técnica y emocional, alianzas con entidades como SURA y la Clínica Montserrat para acompañar su bienestar físico y mental, e iniciativas que promueven el equilibrio entre la vida personal y laboral.

También brindamos acompañamiento en la etapa de lactancia a madres que se encuentren en riesgo, porque entendemos que cuidar es también proteger en los momentos más sensibles.

Sabemos que una mamá que se siente respaldada no solo trabaja mejor. Florece. Y cuando una mujer florece, todo a su alrededor, su hogar, su comunidad, su país, crece también. Desde nuestra compañía promovemos la inclusión laboral de madres en condiciones de vulnerabilidad, abrimos oportunidades y sobre todo escuchamos.

Y porque nuestro compromiso va más allá del entorno laboral y de oportunidades de ocupación, hemos habilitado a través de nuestra red multiservicios 18 Puntos Paga Todo Púrpura en cinco localidades de la capital colombiana, donde se reporta el mayor índice de violencia de género. Estos espacios brindan información relacionada sobre la ruta de atención a mujeres que sean víctimas de violencia de género, haciendo de lo cotidiano una oportunidad para tender la mano.

Celebrar a las madres no es solo darles flores una vez al año. Es darles herramientas, tiempo, salud y espacios seguros para ser quienes son en todas sus dimensiones. Para ellas, que ya lo dan todo, nuestro trabajo es facilitar el camino para que puedan seguir haciéndolo.